Por: Miguel Villaverde C
23/06/20
Cuando Vizcarra anunciaba el inicio de la cuarentena, el 16 de marzo, parecía inimaginable llegar a los 100 días. Como para coronarla nos sorprende hoy un paro indefinido de transporte, que pone al descubierto nuestros temores: hacinamiento, aglomeración, insalubridad, etc. Los transportistas exigen algo justo “Subsidio”, sin este apoyo el pasaje promedio podría llegar a costar hasta s/6, perjudicando aún más a los severamente afectados por esta crisis.
A lo largo de este tiempo las personas infectadas son 257 447, que nos ubica como el sexto país en el mundo con mayor número de contagios de coronavirus, y 8 223 fallecidos hasta el momento. Cifras que suben a diario, al no alcanzarse aún el famoso aplanamiento de la curva. Todo esto en 100 días.
¿Balance?
A pesar que sigo sosteniendo que, el cuasi arresto domiciliario no ha servido de nada, el país es un caos. Creo, que a estas alturas se trata en realidad de sacar lecciones, porque además de estas cifras el país sufre una profunda crisis social, económica y moral.
Esta crisis ha desnudado las carencias del Estado, que son producto de la desidia de gobiernos pasados, como nuestro sistema de salud pública que ha colapsado, incluso antes de la pandemia. Sintiéndose hoy, la falta de infraestructura, de camas y equipos para atender a pacientes que ya han copado todas las instalaciones, además de personal sin los implementos adecuados para protegerse del contagio. Oxígeno escaso y medicinas.
Farmacias controladas por un monopolio que pone precios a capricho para el tratamiento del virus, los comerciantes lo mismo con el oxígeno y las clínicas hicieron su agosto con pruebas de descarte que el Instituto Nacional de Salud (INS) les entregó gratis. Un robo descarado.
No les importa el dolor de los peruanos que sufren la enfermedad y muerte. Hoy el panorama es incierto, porque con la reanudación de casi la totalidad de actividades las calles son tomadas nuevamente por vendedores ambulantes, hay caos para abordar las unidades de transporte público, y ya los especialistas alertan que puede haber un rebrote del virus o tal vez la cifra de tres a cuatro mil contagiados diarios se mantenga por varios meses.
Asistimos a los 100 días, con la corrupción campeando, con Richard´s Swing´s en los municipios, robándose las canastas y en las altas esferas del Estado, ni que decir. Con denuncias de sobrevaloración de compras que involucran a los sectores Salud y la Policía.
En estos 100 días hemos sido testigos, cómo se favorece a las grandes empresas “Reactivando” sus privilegios e intereses, cuando la prioridad debería de ser, que la pequeña empresa en el Perú (Mype) no colapse, ya que es la que genera empleo masivo, hoy casi 4 millones de peruanos lo han perdido en esta pandemia.
De manera que nunca dependió del Estado, ni los Gobiernos de turno el cuidado de nuestra salud. Siempre ha dependido de nosotros gozar de buena salud, si la cuidamos o padecer los estragos de descuidarla. Son más los recuperados en sus casas que en los hospitales, el Estado no puede decidir sobre tu salud.
Valoremos el esfuerzo de nuestros médicos, enfermeras, policías, militares, bomberos, personal de limpieza pública y demás personas que arriesgan su vida por la nuestra, al igual que los cientos de voluntarios que llevan ayuda a zonas vulnerables.
Ante este escenario desastroso, sin mayores expectativas. Dónde son los pobres quienes ayudan a otros pobres ¿Cuál es tu opinión del Gobierno? ¿Qué ha hecho tu alcalde? ¿Qué has hecho tu? Necesitamos sacar lecciones.
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