En la cima de su carrera
El congreso de Solvay se realizó en 1911, en el cual Marie Curie recibió dos telegramas. El telegrama, del comité Nobel anunciándole que sería la única galardonada con un segundo premio Nobel. El segundo telegrama no traía buenas noticias, le informaban que la mujer de Paul Langevin había enviado las cartas de amor que Marie le había escrito a Paul a la prensa.
Recibir ese telegrama la alteró y tuvo que dejar el Congreso, multitudes arrojaban piedras contra la ventana de su hogar. Pero eso no era todo, en un contexto en el que Marie estaba en la cima de su carrera gracias a su primer premio nobel, la prensa no dudo en destronarla y atacar a quien era la ídolo de muchos.
¿Qué pasaba entre Marie Curie y Paul Langevin?
Todo comenzó un año antes a estos acontecimientos. Paul era antiguo alumno de Pierre (esposo de Marie Cure), tras el fallecimiento de Pierre, ella encontró en él un amigo, un refugio a su terrible dolor. Paul vio en ella, a la mujer cariñosa que le hacía falta y no dudó en contarle sobre sus problemas maritales con Jeanne Desfosses, consideraba incluso que casarse con ella fue una terrible equivocación.
Además de ser confidentes, compartían su amor por la ciencia. Marie sintió mucho apego hacia Paul y creyó que podría ser un compañero en sus trabajos de investigación tal como lo fue su esposo Pierre. Pero la esposa de Paul no opinaba lo mismo, debido al historial de diversas infidelidades de Paul, Jeanne estaba harta y se enfureció al saber que esta vez una famosa científica a quien le había abierto las puertas de su casa era la amante de su esposo. Dispuesta a terminar con este amorío a toda cuesta encaró a Marie y le ordenó que se vaya de Francia o la mataría, por extremo que suene, es cierto.
Al enterarse de esto, Paul sabía que su mujer era capaz de cumplir su amenaza y le pidió a Marie que se vaya. Sin embargo Marie se negaba, estaba desesperada por no saber cómo manejar esta situación y que Paul le haya pedido que se vaya le rompió el corazón.
El romance continuaba, Marie y Paul tenían encuentros secretos en un piso alquilado por Paul, cercano a la Sorbona. Fue en semana santa de 1911 cuando las cartas de amor que Marie le escribía a Paul desaparecieron de su apartamento y una semana después de eso, el hermano de Paul le advirtió a Marie que Jeanne tenía las cartas, había contratado un detective para espiar a los amantes y las hurtó del cajón del escritorio donde Paul las tenía guardadas.
CUESTA ABAJO
Que Jeanne mandara las cartas a la prensa desató un gran escándalo ya que para ese entonces Marie era una gran figura pública, sin embargo la prensa la juzgó y la acusaron de destruir familias, de ser una mujer disoluta, tentadora y judía. ¿Habría pasado lo mismo si se tratara de un hombre? Quizá no, incluso hasta en estos tiempos nos podríamos hacer la misma pregunta. El clima de ese entonces era antisemitista y xenofóbico.
Todo el peso caía sobre Marie, ¿Qué hay de Paul? También fue juzgado por los periodistas como un “zafio y un cobarde”. Antiguos amigos de Marie y su difunto esposo Pierre le dieron la espalda, todos querían venganza contra Marie.
SE SALIÓ DE CONTROL
En medio de todo el drama un miembro del comité Nobel le pidió a Marie que no vaya a Suecia a recibir su premio y le escribió «si la Academia hubiera creído que las cartas podían ser auténticas, es muy probable que no le hubiera concedido el premio…» a lo que Marie obviamente se negó, ¿desde cuándo el valor de la investigación científica se ve influenciado por la vida privada de un científico? Y más aún por las calumnias y difamación.
Marie asistió a la ceremonia Nobel, acompañada de su hermana y su hija Irene, su discurso dejó en claro sus aportaciones a la ciencia «La historia del descubrimiento y el aislamiento de esta sustancia constituyó una prueba de mi hipótesis de que la radiactividad es una propiedad atómica de la materia y puede servir de método para encontrar nuevos elementos». También recordó que «el aislamiento del radio como una sal pura fue llevado a cabo únicamente por mí».
CUESTA ABAJO
Las repercusiones en la salud de Marie fueron claras, fue llevada a urgencias al hospital por una aparente dolencia renal, también había sufrido una crisis nerviosa y estaba deprimida. Después de esto Marie le confesó a su hija que había querido suicidarse, esto está documentado en algunas cartas.
La depresión es un desorden mental y como tal, Marie lo padecía desde la infancia, cuando tenía solo once años sufrió la pérdida de su madre y hermana, pasaba horas llorando a escondidas, sin querer hablar con nadie. Se refugiaba en sus libros y no habló de esto con ningún familiar o amigo ya que al ser la mejor de su clase, todos creían que se encontraba en perfecto estado.
Sin embargo daba señales, en 1879 la directora de su escuela, Madame Silorseka, le comentó a su padre que Marie era demasiado sensible y psicológicamente frágil y que lo recomendable sería esperar un año para que ella retome sus estudios. Su padre hizo caso omiso y decidió sacarla de ese ambiente, enviándola a un instituto ruso, causándole grandes daños emocionales, ¿Quién lo notaria? Si era la mejor alumna de la clase, tenía medallas y terminó sus estudios a los quince años.
Pasar a convertirse en la gran Marie Curie, hizo que oculte su mal, prefería decirse que estaba “fatigada” o “agotada”. Lamentablemente sus años de presión para rendir académicamente y su forma de ocultarlo le pasaron factura y pasó por una terrible crisis.
En la actualidad muchas personas ocultan su condición y como consecuencia esta empeora con los años y se agrava, es entendible que los que la padecen no entienden lo que les pasa y quienes los rodean muchas veces culpan al afectado de la enfermedad. No tengamos miedo, es una cuestión de salud que necesita un tratamiento, no es un “bajón de ánimo”.
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