Por: Miguel Villaverde Cisneros
10/05/20
Hoy, un día especial. En cada día de la madre recordábamos algunas anécdotas graciosas de la familia o de los amigos de la familia o de aquellos que quería cómo sea colarse a la familia.
Una de ellas se remonta a la juventud de mi madre. Buena moza ella y muy amiguera, los que lograron conocerla pueden dar fe de ello.
Conoció a un joven que le pareció simpático, pero ella no quería que lo siguiera a casa, ni darle su número de teléfono, ni siquiera su nombre real.
Le dijo que se llamaba Yeni. Fue el único nombre que se le ocurrió en ese momento.
El joven con una artimaña de aquellas, logra conseguir la dirección de mi madre, toca la puerta. Mi madre no se encontraba.
Mi abuela atiende al joven.
-¿Quién es?
- El joven da su nombre y pregunta: ¿Se encuentra Yeni?.
Mi abuela sorprendida. Su cara de asombro lo decía todo y vuelve a preguntar.
-¿A quién busca?
- A Yeni señito. Insiste el joven.
Mi abuela queria que el joven se vaya. No se le ocurriría mejor idea que traer a Yeni.
- Acá está joven.
El joven queda atónito.
- Señora es una tortuga.
Mi abuela le había puesto de nombre Yeni, a la tortuga que había en casa.
El joven se retiró avergonzado. Nunca regresó.
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