Hace un par de años, cuando aún estaba en la Universidad, la vida me permitió conocer a una gran persona, pero nuestro primer encuentro fue mi accidentado.
Corría el mes de setiembre del 2012, por esa epoca era Vicepresidente de la Federación de mi Universidad, y como cada dos años, debíamos elegir a los dirigentes del gremio nacional, es así que el Congreso Estudiantil decidió llevarse a cabo en la Ciudad de Cajamarca.
Cuando llegamos a dicho lugar, el frío era tanto que, ni poniéndome diez chompas iba abrigarme, es así que con los chicos decidimos dormir en una sola habitación, claro, todos los hombre en una cama y yo en la otra.
Al día siguiente de nuestra llegada, comenzaron las previas al congreso, se empezó a realizar reuniones secretas, con la finalidad de sacar la lista para el nuevo gremio nacional, es así que nos unimos con un grupo de Ayacucho, nunca pensé que dichos estudiantes eran de sendero. Y fue en el congreso que los descubrí, aquellos “compañeros” que parecían normales, comenzaron agarrarse a golpes con los organizadores, incluso vi a muchos lanzarse de las gradas sín ningún temor a nada, todo era un caos, todos gritaban y trataban de salir del auditorio, él mismo que parecía un terreno de batalla, es así que decidí salir de ese lugar, sin embargo, un muchacho alto, con una casaca roja y una gorra del Che, estaba ahí parado en la puerta de salida.
Cuando lo vi, vaya que me sorprendió y hasta por un momento me olvide que en dicho auditorio se estaba dándo una batalla, pero regrese en mi y recuerdo que le dije un par de lisuras para que me deje salir. Su rostro siempre se quedó grabado y esperaba que algún día lo vuelva a ver.
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